Hola a tod@s:
Esta historia va a ser un poco difícil de contar, ya que los personajes clásicos son mudos ¡jajaja! Pero, bromas aparte, espero que disfruten mucho de la personalidad que le he querido dar al nuevo personaje de Trip the Sungazer y a Fang the Hunter.
Un saludo, Rinoa83.
Fuente: Sonic Channel
En las místicas Northstar Islands...
Poco después de que Sonic, Tails, Knuckles y Amy se fuesen de vuelta a sus hogares, y de que todo hubiese vuelto a la normalidad, aún quedaba alguien que miraba con el ceño fruncido el horizonte hacia los inmensos mares que rodeaban las islas.
Sentado en la blanca arena de la playa se encontraba Fang the Hunter, mascullando entre dientes todas las maldiciones que se le ocurrían contra el Dr. Eggman. Ese tipo se la había vuelto a jugar y lo había dejado varado en aquel rincón olvidado del mundo, rodeado de seres extraños y sin un transporte. Su pobre "Marvelous Queen" había quedado destrozada tras el ataque feroz de aquella chica dragón.
"Si al menos hubiese valido la pena venir hasta acá por un increíble botín", dijo suspirando derrotado. "Por el contrario, ¿cómo hago ahora para regresar al continente y buscar piezas para mi 'reinita'?" "Será mejor que busque algún medio de transporte en este horrible lugar para poder largarme de aquí cuanto antes".
Se levantó sin prisas y empezó a caminar sin rumbo fijo. No tenía ni idea de hacia donde ir, pues aquella isla era completamente primitiva. No parecía haber estructuras modernas, ni villas o algo habitado por alguna civilización aparte de aquellos animales monstruosos amigos de esa tal Trip the Sungazer. Ella era la culpable de toda su desesperante situación. Si no le hubiese destrozado su motocicleta, ahora estaría muy lejos de ese lugar. Al menos se consolaba con la idea de que había salido con vida del Egg Fortress cuando Sonic lo destruyó para detener una vez más los planes del Dr. Eggman. Si no hubiese sido por su gran intelecto y que encontró una cápsula de escape a tiempo, en estos momentos estaría vagando su cuerpo por el espacio. Qué final más cruel para el mejor cazarrecompensas de la historia.
"Se está haciendo tarde y sería mejor buscar algún refugio para pasar la noche," se dijo mirando la puesta de sol anaranjada. "Se supone que estoy en la zona de Speed Jungle, así que debería encontrar un buen sitio en uno de estos árboles frondosos. Sólo espero que no ronde por aquí ninguno de esos animales gigantes, y mucho menos la serpiente. La última vez me salvé por los pelos gracias a mi Marvelous Queen y mi gran ingenio."
Sin mucha dificultad se subió a uno de los árboles cercanos y se acurrucó entre las ramas. Por la mañana seguiría explorando la isla y se dirigiría hacia Press Factory para ver si entre la chatarra del Dr. Eggman podría encontrar algunos repuestos para su moto. Por el momento, lo único que podía hacer era descansar un rato y tratar de sobrevivir con lo que encontrase. Si no tenía suerte... siempre podría construirse una balsa y tratar de navegar hasta el primer sitio habitado. Le dolería mucho tener que dejar a su 'reinita', pero la situación era desesperada. No iba a quedarse a vivir allí para siempre. ¡Eso jamás!
A la mañana siguiente algo parecía no ir bien, era como... ¡Un terremoto!
Fang cayó de bruces contra el suelo de la jungla y fue entonces cuando comprendió que aquello no había sido un temblor, sino su peor pesadilla. Subió la vista y vio a Trip con aquella extraña armadura antigua y a un enorme flicky que zarandeaba el árbol donde él había estado subido escasos minutos antes. No se podía creer su mala suerte.
"¡Se-señor Fang!" dijo Trip apurada. "¡Creí que se había marchado con todos los demás! ¿Qué hace aquí?"
"¡Boba!" gritó con gran enfado. "¿Ya no lo recuerdas? ¡Alguien me destrozó MI vehículo y no puedo salir de este mugroso lugar!"
"¿Se-se refiere a mí?" dijo muy ruborizada dentro de su casco.
"No, me estaba refiriendo a otra tonta," gruñó. "¡Pues claro que eres tú, aquí no vive nadie más!"
"Siento mucho el haber estropeado su moto, pero usted se lo buscó cuando intentó apoderarse de los poderes ocultos de esta isla con el señor del bigote." "Co-como guardiana de estas islas, es mi deber proteger a los seres que viven en ellas."
"Puedes compensarme ayudándome a buscar algunos repuestos para la Marvelous Queen," dijo más tranquilo, cruzándose de brazos. "Es lo menos que puedes hacer."
"¿Yo? ¡Claro que sí!" dijo emocionada de poder ser útil. "Pero antes, tenemos que comer algo. Estaba recolectando algunos frutos de la isla para poder preparar el desayuno. ¿Le apetece?"
"Bu-bueno," dijo sonrojado. "No negaré que puede que tenga un poco de hambre. Pero date prisa para ponernos en marcha cuanto antes."
"¡Por supuesto!" dijo tomándole de la mano. "Subamos al árbol para llamar a nuestro transporte".
Fang no comprendía a qué se estaba refiriendo, pero la siguió cauteloso de mala gana. No entendía muy bien qué hacían sentados los dos en aquella rama y por qué la chica había emitido un enorme silbido que parecía haber recorrido cada rincón de la isla. Los minutos pasaban y Fang estaba desesperado por marcharse, mirando por sus binoculares para encontrar una forma de avanzar sin ella, cuando de pronto la vio... ¡La serpiente!
"¡Lo sabía! ¡Quieres darme de comer a ese bicharraco!" le gritó muy asustado.
"¿Cómo se le ocurre?" dijo riendo. "Los animales de esta isla son todos herbívoros y son amigos míos," dijo guiñándole un ojo. "No hay nada de qué preocuparse si está conmigo."
La chica acarició la enorme cabeza del animal y le pidió que los dejase montar sobre ella. Le tendió una mano a Fang para que subiera tras ella y éste lo hizo a regañadientes, sujetándose muy fuerte a la cintura de Trip para no resbalar por el cuerpo escamoso de su nuevo transporte. Se dirigieron rumbo a la zona de Bridge Island donde estaba el hogar de Trip y ambos bajaron cuando llegaron al lugar. Entraron a su choza y se sentó en una mesa baja, mirando alrededor las cosas que colgaban de las paredes de la chica. La mayoría de ellas no eran de valor, pero otras le sorprendieron por tratarse de artefactos antiguos.
"¿Dónde has conseguido todos esos objetos, niña?" preguntó Fang con una ceja alzada. "¿Hay más en esta isla?"
"Algunos los heredé de mis antepasados, cuando mi clan aún era fuerte y éramos muchos viviendo en estas islas," dijo apenada. "Ahora quedamos muy pocos, uno por isla, y vivimos en paz cuidando de la naturaleza."
"¿Qué le sucedió a tu clan?" preguntó al tiempo que pegaba un bocado a una fruta jugosa.
"No lo sé muy bien, pero me contaron que todo aquel que custodia las Esmeraldas del Caos, e intenta utilizar su poder para beneficio propio, termina pagando las consecuencias." "Parece que las esmeraldas están malditas y varias civilizaciones han sucumbido." "En nuestras crónicas, unos extraños seres se las ofrecieron a mi pueblo, nos enseñaron sus poderes misteriosos y las ocultamos lejos de la maldad del mundo exterior. Sin embargo, muchos extranjeros vinieron buscándolas y se enfrentaron a nosotros." "Éramos un pueblo pacífico y no fuimos capaces de evitar que nos las arrebataran finalmente. Pero cuentan que la tribu que las robó pagó muy caro el haberlas devuelto al mundo."
"Pero tengo entendido que las Esmeraldas del Caos no siempre se mantienen en el mismo sitio y pueden viajar, ¿es cierto?"
"Sí," dijo Trip asintiendo. "No son simples joyas como todo el mundo cree, sino que tienen una conciencia propia". "Las esmeraldas otorgan sus poderes a los corazones nobles, aunque por tiempo limitado. Luego necesitan recuperarse solas, pero también se crearon templos para potenciarlas. Hay varios repartidos por el mundo, también aquí en las Northstars."
"¿En serio?" dijo Fang con curiosidad. "¿Podrías llevarme a ver ese templo?"
"Pues..." dijo nerviosa. "No hay mucho que ver, son sólo ruinas y jeroglíficos."
"Me encantan las civilizaciones perdidas... Sobre todo si están llenas de tesoros," dijo bajando el tono de voz para que Trip no pudiera oírlo. "De todas formas, tenemos que llegar hasta Press Factory para ver si puedo encontrar repuestos para mi Marvelous Queen, ¿recuerdas?" "Podemos hacer una visita rápida y después me marcharé."
"Está bien, podemos pasar por las ruinas de Golden Capital."
"Excelente," dijo uniendo la yema de sus dedos.
Tardaron más de medio día en llegar hasta las ruinas de la Capital Dorada, atravesando los diferentes climas de las zonas: lluvia, viento, calor insoportable... Fang estaba agotado de ir subido en su gigantesco medio de transporte y le parecía la forma más lenta de viajar que había visto en su vida, hasta que, por fin, llegaron a lo que parecía una ciudad que en el pasado había vivido tiempos de esplendor. Aquellas ruinas en mármol y oro eran una joya en sí mismas. Lástima que no tuviese tiempo para poder "tomar prestadas" algunas de las decoraciones que revestían los suelos y paredes.
"Es por aquí," le indicó Trip a Fang. "Debemos tener mucho cuidado por donde pisamos. Estas ruinas son muy antiguas y están asentadas en un volcán."
"No me había percatado de ello..." dijo con ironía.
Trip era una buena guía, pero un poco patosa. Durante la marcha, Fang tuvo que rescatarla más de una vez de terminar carbonizada, o de que algo la aplastara como a un mosquito. Su paciencia estaba llegando al límite. Ni siquiera Bean y Bark eran tan torpes como aquella extraña chica. ¿Cómo alguien la dejó al cargo de cuidar una isla entera si no podía cuidar ni de sí misma? Una vez más corrió en su auxilio cuando el suelo se desprendió bajo sus pies y casi cae por un enorme agujero.
"¡Muchas gracias, otra vez!" dijo emocionada Trip. "¡Eres un héroe!"
"¡Boba!" dijo ruborizado. "¡No soy un héroe, simplemente no quiero quedarme atrapado en esta isla por el resto de mi vida y te necesito como guía! ¿Entiendes?"
"Oh... por supuesto," dijo apenada. "Pero a mí me lo pareces. Disculpa."
"¡Bah!" dijo mirando para otro lado. "De todas formas, ¿por qué no te deshaces de ese casco enorme?" "Tu problema es que no ves bien por él."
"Es el uniforme de guardián de las islas," comentó avergonzada. "Ahora me queda grande, pero cuando crezca un poco más estará perfecto."
"Eso si sobrevives por llevarlo puesto," dijo enojado. "Por ahora deberías quitártelo y explorar sin él para que podamos avanzar más rápidamente."
Trip hizo lo que le pidió y se sintió incluso más aliviada. Siempre se había ocultado tras su casco por la timidez, pero estando con Fang se sentía más relajada que de costumbre. También sintió esto con sus nuevos amigos Sonic, Tails, Knuckles y Amy. Fueron todos muy amables y simpáticos con ella, e incluso decidieron escribirse para estar en contacto. Sin darse cuenta, habían llegado a unas enormes puertas dobles con una extraña escritura en ella. Ambos las empujaron con fuerza y Fang se quedó boquiabierto al ver tantos tesoros allí reunidos.
"¿Y estas estatuas doradas?" preguntó al ver las enormes esculturas que flanqueaban un largo corredor hasta un altar de mármol. "¿Son estos los seres de los que hablabas antes?"
"Exactamente," dijo Trip emocionada. "Son nuestros dioses." "Mucha de la tecnología de estas ciudades las trajeron ellos."
"Eso es muy interesante, aunque..." dijo apuntándole con su arma. "Lo siento, bonita, pero me voy a llevar algunas cosas de recuerdo." "El Dr. Eggman me prometió una recompensa por mis servicios y me he quedado sin nada, ¿comprendes?" "No es nada personal."
"Pensaba que eras un héroe, pero sólo eres un sucio ladrón..." dijo con voz llorosa. "Si tuviese aquí las Esmeraldas no serías tan valiente."
"No soy un ladrón, sino un cazarrecompensas. Hay una sagrada diferencia," dijo muy molesto. "Además, nadie va a echar de menos unas cuantas cosas."
Fang le lanzó un saco mientras le seguía apuntando y la chica sólo pudo ir metiendo en él algunas reliquias del templo. Después se lo entregó de mala gana y lo miró con el ceño fruncido.
"¿Cómo puedes vivir con la conciencia así de sucia?" le preguntó ésta. "¿Qué vas a hacer con esas cosas? ¿Vas a venderlas?"
"Obviamente, tendré que comprar muchas piezas nuevas para reparar a mi querida Marvelous Queen." "Creo que es el pago justo por haberme destrozado mi vehículo, ¿no te parece?"
"¡Eres un ser despreciable!" le gritó y salió corriendo ante el asombro de Fang.
Éste salió corriendo detrás de ella a toda velocidad, pues aún seguía necesitándola para que lo llevase hasta Press Factory. A pesar de que llevaba una armadura pesada, la chica era bastante rápida y cargado con los tesoros era dificultoso seguirla. Además, el camino estaba lleno de trampas a cada paso y tenía que tener mucho cuidado de por donde iba. Escuchó un grito lejano y corrió a toda velocidad para quedarse con la respiración contenida en los pulmones. Trip había caído por una de las grietas volcánicas y se sostenía a duras penas del borde. Fang se acercó corriendo hasta ella y resbaló también a la sima ardiente. Ahora estaban los dos colgando del abismo e intentando sobrevivir al infierno de abajo.
"¡Trata de subir, boba!" dijo haciendo un enorme esfuerzo, mientras seguía sosteniendo con una mano el saco con los tesoros.
"¡No puedo, la armadura pesa mucho!" dijo llorando. "Me estoy quedando sin fuerzas..."
"¡Trip!" dijo horrorizado cuando vio que se soltaba.
La chica abrió los ojos lentamente para notar que no había muerto. ¡Fang la había agarrado a tiempo cuando caía al fondo! ¡Y estaba ayudándola a subir con todas sus fuerzas!
Ambos rodaron sudorosos en el suelo, a salvo ya de la lava ardiente. Fang tenía la respiración entrecortada por el esfuerzo y Trip estaba llorando a su lado aliviada por haber salido con vida de allí. Cuando se tranquilizó, le dio las gracias al jerbo quien se sentó serio a su lado.
"¿Por qué me has salvado? Pensaba que los tesoros eran más importantes para ti."
"Boba. Soy un cazarrecompensas, no un asesino," suspiró pesadamente. "No podía dejarte morir de una forma tan horrible," dijo ocultando su cara tras su sombrero.
"¡Gra-gracias, Fang!" dijo emocionada abrazándose a él ante el estupor de éste.
"¡Bueno, ya basta de abracitos!" dijo avergonzado. "Tenemos que salir de esta trampa mortal cuanto antes."
Por fin salieron al aire fresco y pudieron respirar tranquilos. La noche había caído fuera mientras habían estado explorando las ruinas de Golden Capital. Sin embargo, Trip le sugirió a Fang que podrían seguir la marcha hasta Press Factory y llegar antes del amanecer. Después podrían descansar un poco y buscar las piezas para su nave. Fang asintió en silencio y la siguió sin hablar durante varias horas. Estaban agotados por el largo día pero, al fin, llegaron a su destino.
Trip había guardado en una bolsa unas cuantas provisiones y ambos se sentaron a comer algo mientras el día clareaba en el horizonte. Después cerraron los ojos un poco para poder descansar durante un par de horas y, cuando ambos se despertaron, continuaron hasta una enorme fábrica construida por el científico loco. Para el mediodía, Fang había conseguido encontrar las piezas necesarias para su Marvelous Queen. Estaba emocionado de poder reconstruir a su 'reinita'.
El viaje de vuelta fue más rápido, pues Fang había dejado su vehículo aparcado en Frozen Base donde la había recuperado de entre los escombros del Egg Fortress. Era un mecánico experto y la había modificado muchas veces, la conocía como si fuese una hija. En cuestión de horas ya estaba reparada y ambos subieron para dirigirse de vuelta a Bridge Island. Una vez allí desmontaron para despedirse finalmente.
"Fang, quiero entregarte esto como recuerdo y como agradecimiento por haberme salvado la vida," dijo Trip haciéndole entrega de un colgante antiguo y una pequeña bolsa con gemas. "Espero que nos volvamos a ver alguna otra vez. Siempre serás bienvenido a estas islas."
"Yo..." dijo ruborizado y carraspeó. "Bueno, sabes que si vuelvo será para intentar conseguir los tesoros de Golden Capital pero... será un placer," dijo guiñándole un ojo y haciéndole entrega de su sombrero, colocándoselo en la cabeza ante el asombro de la chica.
"Fang... Es tu sombrero favorito. ¿Por qué...?"
"¡Bah! Con estas gemas podré comprar muchas mejoras para mi moto y un sombrero nuevo."
"Lo guardaré como un tesoro," dijo emocionada con las lágrimas saltadas en sus grandes ojos.
"Intenta sobrevivir hasta que nos volvamos a ver," dijo conectando su moto y volando lejos de vuelta a la civilización.
Miró por última vez hacia Trip para ver como se despedía con la mano y sonrió para sus adentros. Tal vez no había conseguido un gran tesoro, pero se llevaba algo mucho más valioso para él... Una bonita amistad.
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